Imagina que estás a punto de jugar una partida de ajedrez. Te sientas en tu silla, miras a tu adversario y comienza el juego. Seguramente, lo primero que pensarás es en qué movimiento hacer para comenzar a mover las piezas. Puede que empieces a jugar sin una estrategia clara, simplemente viendo cómo se desarrolla el juego. ¿Quién crees que tiene más probabilidades de ganar? ¿Aquel que comienza a jugar con una jugada definida desde el principio o aquel que juega de manera improvisada, esperando ver qué sucede?
Ahora bien, supongamos que tenemos una jugada infalible en mente, que nos sabemos de memoria con el alfil, y decidimos apostar por ese movimiento porque sabemos que puede ser letal para nuestro adversario. Sin embargo, durante el juego, perdemos nuestros alfiles y ya no podemos llevar a cabo esa jugada. En ese momento, debemos cambiar nuestra estrategia, ya que la primera ya no es válida. Si no lo hacemos rápido, el rival seguirá atacándonos y podríamos perder el juego, a pesar de que nuestra estrategia inicial parecía sólida al principio.
Así como nosotros enfrentamos y jugamos una partida de ajedrez, las empresas deben abordar su estrategia organizacional. Del mismo modo en que movemos las piezas con la intención de ganar el juego, las empresas inician proyectos e invierten para lograr sus objetivos. Sin embargo, al igual que podemos perder alfiles durante el juego, las empresas pueden enfrentar contratiempos durante el año debido a diversos factores como pandemias, competencia, ineficiencias, falta de ventas, falta de personal, etc.
Si no movemos nuestras piezas adecuadamente en términos de proyectos estratégicos y no reaccionamos a tiempo ante los obstáculos en la ejecución de nuestra estrategia, podríamos perder la partida en términos de objetivos anuales.
Imaginemos una empresa que mueve sus piezas sin una estrategia definida, esperando ver qué sucede, confiando en que el mercado reaccionará favorablemente o en que un cliente hará una compra.
Jugar sin estrategia en un mundo de jugadores profesionales significa condenarse a perder, incluso antes de que termine el año.
Definitivamente, las empresas deben saber jugar su estrategia. No basta con ejecutar correctamente los proyectos; deben seleccionarse de manera asertiva. Si eliges una mala estrategia y no reaccionas, perderás el juego.
Desde mi perspectiva, la competencia estratégica que más admiro no es la de definir la estrategia, sino la de reaccionar efectivamente ante la adversidad para cambiarla. Incluso en el camino, es posible que debas tomar decisiones difíciles. Al final del día, no importa cuántas piezas pierdas, sino que ganes el juego. Ese es el único objetivo.
Existen formas de pensar que no consideran apropiado analizar la ejecución de la estrategia como un juego de ajedrez. Sin embargo, alcanzar un objetivo implica un juego estratégico: un juego de asignación de recursos y análisis de movimientos. Entrar en un mercado, ganar un cliente, obtener la patente de un producto; todo esto es una batalla y las empresas mueven sus piezas para ganar esa partida.
A continuación, enumero algunas recomendaciones para que las empresas tomen en cuenta estos juegos de ajedrez estratégicos al planificar sus actividades anuales:
1. Selecciona 2 o 3 jugadas que puedan conducir al jaque mate. Asegúrate de tener claro cuáles son las jugadas que pueden llevarte a alcanzar tus objetivos. Comienza moviendo las piezas con una estrategia, pero si ves que las cosas no salen como esperabas, sé flexible y dispuesto a cambiar de enfoque.
2. Comprende a tu oponente. Necesitas comprender las intenciones de tu competencia y estar al tanto de lo que sucede en el mercado y con tus clientes. No estás jugando solo; el juego puede incluir ataques, oportunidades y amenazas que cambian constantemente. Si no lees el juego de manera adecuada, podrías perder.
3. Avanza paso a paso. A medida que avanzas, escala estratégicamente. No reveles tu movimiento final hasta que estés bien posicionado y seguro. No des pasos en falso. Prepara el jaque mate de manera meticulosa y asegúrate de que tu competencia no pueda anticiparlo.
4. Administra el tiempo para mover tus fichas. Cada movimiento que hagas implica recursos e inversión. Si lo haces incorrectamente o revelas tu estrategia demasiado pronto, podrías estar en riesgo de perder piezas clave. La estrategia implica no dejar que los demás sepan tus planes hasta que ya no puedan detenerte.
5. Jaque Mate. Da el jaque mate de manera efectiva y sin remordimientos, cuando menos se lo esperen. ¡Éxito!
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