
"Algo hemos hecho bien que aquí seguimos"
Existen frases que a veces presentan diferentes matices en los síntomas que representan durante el desarrollo de una transformación organizacional. Sin embargo, cuando escuchamos la frase "algo hemos hecho bien que aquí seguimos", casi siempre quiere decir lo mismo: es un punto de vista desde la operación del negocio y una postura consciente o inconsciente de no estar dispuesto a cambiar.
La operación del negocio es lo que lo mantiene vivo; es la prioridad vista desde lo urgente que no puede fallar. Es altamente relevante. Sin embargo, al hablar de transformación organizacional, siempre será un desafío incorporar el cambio a estas personas. No porque no quieran lo mejor para la empresa o porque no sean buenos elementos, sino porque están atrapados en la ceguera de la operación y ya no logran ver con claridad otras alternativas y formas de hacer las cosas que pueden llevar al negocio al siguiente nivel.
Insisto, la operación es prioritaria, y la gente de la operación es experta en mantener la maquinaria andando. Sin embargo, la transformación es la que te llevará al siguiente nivel: son proyectos, perfiles y competencias totalmente diferentes.
A mayor grado de especialización en la operación, mayor resistencia y complejidad tendrá el proyecto de transformación. Y tenemos que convivir con ambos mundos en cualquier tipo de organización sin mezclarlos como agua y aceite, pero todos alineados a la misma visión.
El horizonte de la meta financiera es el límite de la visión del negocio. Si deseas obtener resultados diferentes, debes hacer cosas diferentes. Y para lograr eso, debes desarrollar un proyecto de transformación organizacional de manera independiente a la operación. Si no se separan ambas cosas, no funcionará.
La transformación organizacional es estratégica, y la operación es la continuidad del negocio. Ambas deben tener su metodología, equipo de trabajo y objetivos diferentes. Y ambas deben estar alineadas para perseguir la visión del negocio.
La diferencia entre una y otra no tiene muchas veces que ver con el nivel jerárquico de la empresa. He conocido dueños de negocios en el sector minorista, verdaderos genios en lo que hacen, que todos los días desayunan en un helicóptero, observando la ciudad desde las alturas y eligiendo dónde abrir una nueva tienda de su negocio, teniendo una efectividad de éxito del 90% en esas nuevas tiendas. Decirle a esa persona que necesita hacer las cosas de manera diferente para llevar su negocio al siguiente nivel es un tanto complicado.
El ego es perjudicial para la transformación.
No te permite avanzar, no te permite ver que hay maneras, tecnologías, metodologías y estrategias que pueden llevar tu negocio al siguiente nivel de manera exponencial y en poco tiempo. Claro, no es fácil, no cualquiera puede hacerlo, no es sencillo encontrar un equipo de transformación organizacional que pueda lograr efectivamente estas expectativas, pero el primer paso es estar dispuesto a escuchar como dueño de negocio. Sin eso, todo seguirá igual.
Si somos un equipo de liderazgo de transformación organizacional, ¿qué debemos hacer para manejar estos escenarios que estoy mencionando y que no muera nuestra iniciativa en el intento? En realidad, no hay una bala de plata, pero podemos seguir 5 líneas que considero deben ser clave:
1. Apoyo total de la dirección general. Si la dirección general no está convencida y no te apoya, no inicies la transformación; no va a funcionar.
2. Empoderamiento del equipo de transformación. Si el equipo de transformación no tiene apoyo y empoderamiento en lo que va a hacer, tampoco va a funcionar.
3. Equipo competente y con experiencia. Este tipo de proyecto no es para personas improvisadas ni para contratar a tus mejores amigos. Es para personas calificadas y probadas que sabes que pueden darte los resultados.
4. Agilidad. La agilidad debe estar incluida en la estrategia de transformación, adaptándose a las circunstancias y los cambios, y siendo flexible en base al aprendizaje que vas teniendo. No confundas agilidad con desorden, son cosas también totalmente diferentes. No improvises; suma al equipo personas con la capacidad de poder hacerlo.
5. Métricas claras de negocio. ¿Cómo se cristaliza la transformación? En más ventas, en más ahorro o en más crecimiento. Si el objetivo de la transformación no encaja en alguno de estos aspectos, vuelve a replantearlo con la dirección general.
Suena difícil, y de cierto modo lo es, pero reflexionando sobre estos elementos y tomando en cuenta estos puntos, tu transformación puede seguir siendo retadora pero alcanzable. ¡Éxito!
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